La Agroecología se entiende como una herramienta teórica y práctica para el análisis y la intervención en las formas de producción agraria y los sistemas agroalimentarios hacia una mayor sustentabilidad integral (ecológica, económica, social y cultural). La Agroecología puede definirse como “el manejo ecológico de los recursos naturales a través de formas de acción social colectiva para el establecimiento de sistemas de control participativo y democrático, en los ámbitos de la producción y circulación de alimentos (…) Tales formas de manejo habrán de frenar selectivamente el desarrollo actual de las fuerzas productivas, para contener las formas degradantes de producción y consumo que han generado la crisis ecológica [a la vez que] tal necesario manejo ecológico de los recursos naturales, tendrá igualmente, una fuerte dimensión local como portadora de un potencial endógeno, que, a través del conocimiento campesino, permita la potenciación de la biodiversidad ecológica y sociocultural y el diseño de sistemas de agricultura sostenible” (Sevilla Guzmán, citado en revista SA).

Esto comprende concepciones técnicas de la Agroecología, entendida como las bases científicas para la agricultura ecológica, y los planteamientos sociales y políticos de la transición agroecológica para el desarrollo rural sustentable y la construcción de sistemas agroalimentarios sustentables. Es decir, el análisis y acompañamiento de experiencias y procesos de transición agroecológica que desde la articulación de productoras y consumidoras con bases agroecológicas y de cooperación social tienden hacia lo que hoy se condensa en la apuesta política de la Soberanía Alimentaria. Así, la Agroecología apuesta por “el descubrimiento, sistematización, análisis y potenciación de los elementos de resistencia locales al proceso de modernización, para a través de ellos, diseñar, en forma participativa, esquemas de desarrollo definidos desde la propia identidad local del etnoecosistema concreto en que nos encontramos” (Guzmán et al., 2000).

La propuesta de la Soberanía Alimentaria es la respuesta articulada al contexto de crisis alimentaria global. Surgida en 1996 desde los movimientos campesinos del Sur, desde La Vía Campesina, sigue configurándose como una propuesta en construcción hacia un modelo productivo y político que permita satisfacer en sentido extenso el Derecho a la Alimentación Adecuada. Las líneas de acción son el acceso a los recursos productivos, la protección del medio ambiente, modelos productivos agroecológicos, con mercados locales, un consumo sostenible y mayor participación social en las decisiones políticas agroalimentarias y territoriales. El FMSA definió en Nyéléni la Soberanía Alimentaria como “el derecho de las personas a alimentos adecuados desde el punto de vista saludable y cultural obtenidos a través de métodos sostenibles y ecológicos y su derecho a definir sus propios sistemas alimentarios y agrícolas”.

La Soberanía Alimentaria es, a partir de La Vía Campesina y en articulación con otros movimientos sociales, actores de la sociedad civil y la academia, el referente global en la construcción de una alternativa agroalimentaria integral desde la sustentabilidad.